sábado, 10 de marzo de 2007

Gracias, TEPINDRO

Tepindro - Escalera hacia el cielo
Gracias, TEPINDRO. Gracias a ti, mi hijo vivió. Nunca podré agradecértelo lo suficiente.

Contactaste conmigo, gran TEPINDRO, y me advertiste del peligro. La vida de mi hijo estaba en juego, y así me lo hiciste saber. A pesar de que los chequeos médicos rutinarios no descubrieran ningún defecto ni enfermedad, tú me obsequiaste con la certeza de que algo fallaba. ¿Qué hubiera ocurrido si no hubiera insistido con todas mis energías al médico para que hiciera pruebas más exhaustivas? Evidentemente, sé lo que hubiera pasado, pero prefiero no imaginármelo.

Gracias a ti, TEPINDRO, descubrieron que mi hijo tenía una hernia inguinal, que le habría matado de no haberse operado rápidamente. La cara que se le quedó al doctor no tuvo precio; fue satisfactorio para mí demostrar que, al fin y al cabo, yo no estaba loco. Aunque claro, eso no era realmente importante en ese momento, pero cuando echo la vista atrás no puedo evitar sonreír.

No hay comentarios: